De repente, Alí tiene que hacerse cargo de su
hijo Sam, un niño de cinco años al que apenas conoce. Como no tiene casa, ni
dinero, ni amigos, se refugia en Antibes, en casa de su hermana, que los acoge
cariñosamente. Tras una pelea en una discoteca, conoce a Stéphanie, una
domadora de orcas en Marineland.
Segunda película del director de "Un profeta" que cuenta la historia de la adolescencia marcada por la delincuencia juvenil donde Malik El Djebena es condenado a pasar seis años recluido en Brécourt. En su traslado a la prisión, Jacques Audiard filma esa travesía en furgón policial a través de las rejas del vehículo.
La imagen de la realidad, de las calles, la gente y las vidas minúsculas que tienen su lugar, quedará recortada entre el hueco de los barrotes. Así comienza Un profeta (Un prophète, 2009). En ella, Audiard relata cómo la cárcel se convierte en la escuela del crimen, en un aprendizaje de la violencia que marca, con una huella indeleble, el destino de su protagonista, cuya madurez le conduce hasta la cima de la mafia. El destino es un concepto que en Audiard guarda un relieve especial. Como en la mejor novela negra —la de Thompson, la de Bunker, la de Jean-Patrick Manchette—, uno rara vez escapa de su fortuna. De ahí la tristeza del Thomas Seyr de De latir mi corazón se ha parado (De battre mon coeur s’est arrêté, 2005), cuyas manos, virtuosas para tocar el piano, se resiste a entregar al crimen.
Segunda película del director de "Un profeta" que cuenta la historia de la adolescencia marcada por la delincuencia juvenil donde Malik El Djebena es condenado a pasar seis años recluido en Brécourt. En su traslado a la prisión, Jacques Audiard filma esa travesía en furgón policial a través de las rejas del vehículo.
La imagen de la realidad, de las calles, la gente y las vidas minúsculas que tienen su lugar, quedará recortada entre el hueco de los barrotes. Así comienza Un profeta (Un prophète, 2009). En ella, Audiard relata cómo la cárcel se convierte en la escuela del crimen, en un aprendizaje de la violencia que marca, con una huella indeleble, el destino de su protagonista, cuya madurez le conduce hasta la cima de la mafia. El destino es un concepto que en Audiard guarda un relieve especial. Como en la mejor novela negra —la de Thompson, la de Bunker, la de Jean-Patrick Manchette—, uno rara vez escapa de su fortuna. De ahí la tristeza del Thomas Seyr de De latir mi corazón se ha parado (De battre mon coeur s’est arrêté, 2005), cuyas manos, virtuosas para tocar el piano, se resiste a entregar al crimen.
En esta ocasión el director nos adentra en la historia de dos personajes, Alí y Stéphanie, polos opuesto con vidas fracturadas en su juventud que resisten a su destino de forma heróica y con el apoyo incondicional que se demuestran cada uno. El film remite a las historias del director Alejandro Gonzalez Iñárritu con sus guiones duros y contundentes.
Extraordinario y perfecto el uso que se hace del CGI, Computer-generated imagery, "imágenes generadas por
computadora" (en inglés), es el resultado de usar computadoras en la
realización de imágenes fotorealistas en tres
dimensiones, animaciones, efectos especiales de películas, etc.
Haciendo desaparecer por completo las piernas
de Marion Cotillard, de primeras puede jugar en su contra, pues el
espectador andará pendiente de encontrar las trampas de la técnica. Pero sobre
todo la dolorosa interpretación de Marion Cotillard, que te hace asumir más la
pérdida de sus dos miembros que la propia imagen visual. Un hombre sin corazón,
incapaz de amar, una mujer sin piernas que ha perdido toda la dependencia y es
ahí donde los dos se encuentran para recomponer al otro. La depresión de
Stéphanie se empieza a evaporar en el primer contacto con Alain, él nunca la
trata como una persona distinta por el hecho de no tener piernas, la primera
bajada a la playa, el nuevo contacto con el agua es el primer momento en el que
ella se siente completamente viva.
De óxido y hueso se disfruta por su
sensibilidad, por su exquisita fotografía, por su habilidad a la hora de
extraer lo mejor de sus actores trabajando según la escena desde la contención
y desde la rabia desatada. De óxido y hueso es una historia bella y a la vez
triste.
Lo mejor que muestra Audiard, es la crueldad
de la vida sin ensañarse, es la belleza de las pequeñas cosas, como descubre y
esconde los sentimientos con su cámara y logra emocionar al espectador a base
de fuertes impactos y desarmarlo con pequeños detalles. Es en definitiva como
logra sobrecogernos con lo desagradable como bien había mostrado hasta ahora
con sus anteriores títulos capaz de conmover y emocionar con una historia
trágica.
La película no se deja llevar por
sentimentalismos, nos muestra la vida tal cual es. A veces hay que dejar que
algo nos traspase, llegue al hueso y así nos oxidaremos el alma.
2012:
4 Premios César, incluyendo mejor guion adaptado. 9 nominaciones.
2012:
Globos de Oro: 2 nominaciones: Mejor película de habla no inglesa y actriz
(Cotillard).
2012:
Festival de Cannes: Sección oficial de largometrajes.
2012:
Critics Choice Awards: 2 nominaciones.
2012:
Premios BAFTA: 2 nominaciones, incluyendo mejor actriz
Cuanto tiempo @ngel, no he visto esta pelicula pero Gente como Emilio Luna del Blog El antepenultimo Mohicano me han hablado muy bien de ella. Sobrer todo de la actriz
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una peli pendiente que tiene muy buena pinta, no me extraña lo que opinas de ella. Por lo que pones debe ser dura, pero sin exageraciones irrealistas. Marion Cotillard es una grandísima actriz que seguro encaja a la perfección en el papel.
ResponderEliminarA ver si la puedo ver hoy por la noche.
Un saludo, @ngel. Espero todo bien. La reseña es magnífica.
Hola ¡
ResponderEliminarPermíteme presentarme soy Ana Marcela, Periodista y fanática de las webs 2.0 Tanto así que me anime a tener mi propia web www.peliculasgg.com . El motivo de este mensaje es pedirte un intercambio de enlaces y así mejorar ambos en posicionamiento o lograr un mayor número de visitas.
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Un abrazo, gracias.