DJANGO DESENCADENADO - La D es muda... ¡Tarantino en estado puro!

Dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana (1861-1865), King Schultz (Christoph Waltz), un cazador de fugitivos alemán que le sigue la pista a unos asesinos, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Terminado con éxito el trabajo, Django prefiere seguir al lado del alemán y ayudarle a capturar a los delincuentes más buscados del Sur. Se convierte así en un experto cazador de recompensas, pero su único objetivo es rescatar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), a la que perdió por culpa del tráfico de esclavos. La búsqueda llevará a Django y a Schultz hasta Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), el malvado propietario de la plantación "Candyland".

Django es un personaje del spaguetti western que interpretó Franco Nero en una película de 1966, este es uno de los homenajes que Tarantino incluye en su film pues el actor italiano tiene un papel en la película, como también lo tienen James Remar, Don Johnson, Robert Carradine, Samuel L.Jackson , James Russo y Bruce Dern, tipos que acompañan al prota Jamie Fox como el esclavo Django, Leonardo DiCaprio en el papel del villano Calvin Candie, y Christoph Waltz, dando vida al Dr. King Schultz, antiguo dentista en horas bajas.
Tarantino ya hace tiempo que es uno de los grandes, lo ha demostrado adentrándose en diferentes géneros o estilos cinematográficos a lo largo de su carrera como el blackxploitation de Jackie Brown, las películas de yakuzas o samurais (Kill bill I y II), el anime (Sin city), la serie B (Death proof), el thriller de acción Reservoir Dogs o en este caso el espaguetti western. 

Pero tarantino va más allá del simple tributo, su uso de los referentes que lo marcaron en su larga carrera como devorador de películas cuando trabajaba en un videoclub hacen que haya creado unas obras con una marcada estética particular que lo convierten en único en su época.
Una mezcla explosiva de acción, imaginación, violencia con toques gore, y unos diálogos con mucha coña en los que demuestra su ingenio y nos saca una sonrisa en cada momento con su jerga multicultural (tarantino ha creado algunas de las lineas más inolvidables de los últimos 20 años, ¿quien no recuerda aquella mítica conversación de Reservoir Dogs sobre el significado de las canciones de Madonna?

Otras dos características del cine tarantiniano son sin duda el montaje endiablado, seña de identidad de la casa y su peculiar manera de afrontar la estructura narrativa siempre alejada del modelo clásico: un mismo hecho contado desde diferentes puntos de vista (Pulp Fiction) o la película reconstruida en varios episodios (Kill Bill).

Técnicamente la cinta es de sobresaliente, fotografía, decorados, montaje, todo merece un oscar. Mención especial la multitud de planos en los que se nota un detalle extremo al que nos tiene acostumbrado desde sus inicios, (hay un plano ralentizado del inicio de la película cuando los dos protas entran en un pueblo y al salir de la cantina todo el mundo los apunta que es de libro!).
La historia tiene un argumento que no se hace pesado en absoluto pero sus 165 minutos se podrían haber quedado perfectamente en 30 menos y el resultado habría sido más redondo.
Las interpretaciones de todos los actores son correctas en general, mención especial de los protagonistas y de un Samuel L.Jackson que de nuevo lo borda con Quentin dirigiendo.
Tarantino nos regala un nuevo film en el que se nota su evolución como director, el peso de la narrativa ha ido creciendo y se muestra más sólido, en sus anteriores obras hacía una especie de balanza entre partes con mucha narrativa, unidas con diferentes historias que iba hilvanando mediante flashbacks y giros argumentales para trenzar un rompecabezas que unía con gran maestría.

Es imposible pensar en una película de Tarantino sin recordar, al menos, un tema de su banda sonora. El director tiene un sexto sentido para la música y son muchas las canciones a las que ha dado una segunda edad de oro tras haberlas incluido en sus películas.

Un espectáculo inclasificable, en el que como siempre, nos ofrece múltiples referencias, incluyendo el cameo de Franco Nero del Django original y el tema musical principal de la obra de Corbucci o incluso la aparición del letrero de Mississippi tal y como lo hacía en Lo que el viento se llevó o una entrada de la caballería salida directamente de Los siete Samurais de Kurosawa.
La amenaza de Tarantino de retirarse esperemos que no sea cierta ya que se encuentra en su mejor momento dirigiendo y su obra ya tiene títulos indispensables para el séptimo arte que con suerte no seran los últimos.

Atentos, Kill Bill volumen III para 2014!