En el país de Ingary, donde las botas de siete leguas y las capas de invisibilidad existen de verdad, Sophie Hatter ha atraído la desagradable atención de la Bruja del Páramo, quién la hechiza con un maleficio que la convierte en una anciana. Con la determinación de hacer lo adecuado, Sophie viaja al único lugar en el que cree que podrá encontrar ayuda, el castillo ambulante que merodea por las colinas cercanas. Pero el castillo pertenece al temible Mago Howl, que se alimenta, según dicen, de los corazones de jóvenes desprevenidas.
El castillo ambulante explora diversos temas habituales
en la literatura. Éstos incluyen el destino, la juventud, el valor y el amor.
Los dos primeros son centrales en el desarrollo de Sophie, la protagonista.
La gran mayoría conoceréis la historia de El
castillo ambulante gracias a la adaptación cinematográfica del estudio
Ghibli y del director Hayao Miyazaki, una muy buena lectura que puede hacerse antes o después de ver el film.
Los primeros capítulos son
prácticamente iguales, el resto es totalmente diferente a la película.
Es un libro alegre y original que se puede leer en cualquier momento y en
cualquier lugar, y que siempre arranca unas risas y hace pasar buenos ratos.
Sophie es una protagonista única: es una chica joven convertida en una vieja nonagenaria gruñona, artrítica y cabezota que no se deja amedrentar por el mago Howl ni por su espíritu de fuego. El Howl del libro, a diferencia del de la película, es caradura, presuntuoso, presumido y muy inmaduro (sí, más que en la adaptación).
Calcifer, por su parte, es el rey de las contestaciones secas. ¡Ah! Y Marco no existe en el libro, sino que el aprendiz de Howl es un joven adolescente llamado Michael que nada tiene que ver con su sustituto... Con la descripción de estos protagonistas ya os podéis hacer una idea de que el tono romántico y amoroso que caracteriza a la obra de Miyazaki no existe en la novela original. Pues lo creáis o no, al final lo eché bastante de menos porque las escasas casi inexistentes escenas más o menos amorosas son bastante sosas.
Sophie es una protagonista única: es una chica joven convertida en una vieja nonagenaria gruñona, artrítica y cabezota que no se deja amedrentar por el mago Howl ni por su espíritu de fuego. El Howl del libro, a diferencia del de la película, es caradura, presuntuoso, presumido y muy inmaduro (sí, más que en la adaptación).
Calcifer, por su parte, es el rey de las contestaciones secas. ¡Ah! Y Marco no existe en el libro, sino que el aprendiz de Howl es un joven adolescente llamado Michael que nada tiene que ver con su sustituto... Con la descripción de estos protagonistas ya os podéis hacer una idea de que el tono romántico y amoroso que caracteriza a la obra de Miyazaki no existe en la novela original. Pues lo creáis o no, al final lo eché bastante de menos porque las escasas casi inexistentes escenas más o menos amorosas son bastante sosas.
Lo mejor de El castillo ambulante son, sin duda,
sus diálogos. El trasfondo de la historia es muchísimo mayor, podemos averiguar
más cosas acerca de la vida de Sophie y sobre todo de la de Howl.
También aparecen personajes de la
adaptación, como la Bruja del Páramo, pero la grandísima mayoría de personajes
no tienen absolutamente nada que ver.
Sé que me estoy remitiendo mucho a Miyazaki pero como casi todo el mundo ha oído hablar de la película y no del libro... Pues aquí va mi mensaje: Leedlo. No es mejor ni peor, solo
diferente, como si de otra historia de tratara.
El castillo ambulante es una novela juvenil apta (e
incluso recomendable) para públicos adultos, con una prosa y una trama muy
amables, sin ninguna estridencia; con un sentido de la maravilla especial,
delicado, lleno de un humor suave, no exento a veces de cierta ironía, que gusta
del engaño y el equívoco; con un delicado equilibrio entre la acción, el drama
y la poesía. Hay espectaculares enfrentamientos mágicos, cuando la Bruja del
Páramo hace acto de presencia, pero están como vistos un tanto desde la
distancia, despojados de toda crueldad o truculencia; hay sorprendentes
revelaciones, cuando las artimañas y argucias de los contrincantes se van
desvelando; hay tragedia y hay amor, un poquito de tensión y los necesarios momentos
cómicos.
Como decía al principio, que nadie espere encontrar la
película de Miyazaki aquí, sobre todo desde el momento en que Sophie
empieza a vivir en el castillo, momento en que libro y cinta de animación
comienzan a diferir más y más (con muchísima más acción en la versión fílmica y
un ritmo más reposado y tranquilo en la literaria). Sin embargo, la novela
tiene una entidad propia que le permite defenderse satisfactoriamente sin el
apoyo de la gran pantalla y merece la pena ser leída por sí misma y no por su
adaptación.
Como le gustan a este tio los libros escritos por mujeres, sabia que se basaba en un libro pero nunca me a interesado leerlo. Gracias por la aportación un saludo.
ResponderEliminarBueno, a mi me gusto muchísimo el, hasta el punto que es mi favorito, el romance que tuvo, para mi es el suficiente, no habia necesidad de acaramelarlo màs.
ResponderEliminarLa pelicula me encanto, y por igual, es mi pelicula animada favorita junto con Paprika, podria decir que el libro es mejor, pero solo en mi opinón.
Bueno, en fin, quiero decir que es uno de los libros más llenos de magia (No literalmente) y me ha encantado totalmente.